miércoles, 22 de septiembre de 2010

Un beso en la nariz

JJ Palomares

Un beso en la nariz.
¿Qué es?
No es un beso en la boca,
el coloquio de las ventanas del cuerpo;
ni el beso juguetón de las lenguas
que se reconocen
y charlan.

No es un beso en la frente,
el beso protector
que bendice y alivia las penas.
No es un beso en la panza
acariciando la vida,
para que en el futuro las pieles se reconozcan
y también los olores,
las texturas,
los lenguajes.
No es un beso en las manos,
que saluda la sensibilidad de las damas;
el del cortejo
y el respeto;
el de los amantes inocentes,
de las excusas
y los secretos.
No es el beso ligero que en las mejillas
plasma el nuevo encuentro,
y el adiós momentáneo de las almas en movimiento.
Tampoco es el beso que sana las heridas,
que arrulla la ternura
de los críos,
y de los compañeros de habitación.
Un beso en la nariz
no es un beso en cualquier parte del cuerpo:
es un beso intermedio,
indefinido
y alternativo.

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